miércoles, 12 de septiembre de 2012

Por una mirada...


Por muy extraña que le pareciera, no se sorprendió, hacía tiempo que había dejado de hacerlo, cualquiera sabía lo que podía estar pasando por aquella cabeza en ese momento, es la “bold” le contesto tecleando rápidamente en la casilla pequeña del whatsapp de su blackberry.Despues tendría tiempo de pensar en ello, ahora tenía al señor Lacuerda en su despacho, con la intención de conseguir su número de teléfono, pensó en disuadirlo rápido y después se ocuparía del resto. De todos modos, tampoco tardaría mucho en hacerle una llamada cuando estuviera en el pasillo del hospital al fin y al cabo era lo acordado, entonces le preguntaría. Tardo apenas 10 minutos en recibir la llamada, para entonces el tema del señor Lacuerda ya había sido zanjado, nada de teléfono ni correo,” me vas a tener aquí siempre que vengas”, le había dicho, al principio fue un poco reticente, para luego acabar aceptando, estaba orgullosa de su poder de convicción, no era la primera vez que salía con soltura de temas tan delicados como este. Es lo que tiene ser tan irresistible. Se sentía segura de sí misma, ahora estaba bien, saber los resultados de la RM había sido definitivo para acabar ahuyentando todos los fantasmas de la duda. Sin embargo la maldita costumbre de los médicos por subrayar los términos raros conseguían incomodarla de manera graciosa: Exoftalmia Bilateral. Vaya una gilipollez pensó, a fin de cuentas tener los ojos saltones no se consideraba motivo suficiente como para ser subrayado. Además era consciente del poder que ejercían sus ojos, pues no en vano eran el arma definitiva, la que había derribado la muralla infranqueable de Pierre, la que había acabado por desarmarlo y arrojarlo a sus brazos. Aunque le costaba reconocerlo estaba loca por ese hombre y le gustaba la sensación de control que ejercía sobre él, ella marcaba los tiempos, ella tenía el mando.

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