Por muy extraña que le pareciera, no se sorprendió, hacía
tiempo que había dejado de hacerlo, cualquiera sabía lo que podía estar pasando
por aquella cabeza en ese momento, es la “bold” le contesto tecleando
rápidamente en la casilla pequeña del whatsapp de su blackberry.Despues tendría
tiempo de pensar en ello, ahora tenía al señor Lacuerda en su despacho, con la
intención de conseguir su número de teléfono, pensó en disuadirlo rápido y
después se ocuparía del resto. De todos modos, tampoco tardaría mucho en
hacerle una llamada cuando estuviera en el pasillo del hospital al fin y al
cabo era lo acordado, entonces le preguntaría. Tardo apenas 10 minutos en
recibir la llamada, para entonces el tema del señor Lacuerda ya había sido
zanjado, nada de teléfono ni correo,” me vas a tener aquí siempre que vengas”,
le había dicho, al principio fue un poco reticente, para luego acabar
aceptando, estaba orgullosa de su poder de convicción, no era la primera vez
que salía con soltura de temas tan delicados como este. Es lo que tiene ser tan
irresistible. Se sentía segura de sí misma, ahora estaba bien, saber los
resultados de la RM había sido definitivo para acabar ahuyentando todos los
fantasmas de la duda. Sin embargo la maldita costumbre de los médicos por
subrayar los términos raros conseguían incomodarla de manera graciosa: Exoftalmia
Bilateral. Vaya una gilipollez pensó, a fin de cuentas tener los ojos
saltones no se consideraba motivo suficiente como para ser subrayado. Además
era consciente del poder que ejercían sus ojos, pues no en vano eran el arma
definitiva, la que había derribado la muralla infranqueable de Pierre, la que
había acabado por desarmarlo y arrojarlo a sus brazos. Aunque le costaba
reconocerlo estaba loca por ese hombre y le gustaba la sensación de control que
ejercía sobre él, ella marcaba los tiempos, ella tenía el mando.
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